Imaginarse qué «tenía en la cabeza» un artista, de dónde sacaba sus historias y delirios creativos, ha sido acicate para no pocos después de terminar de leer un libro, ver un filme, o extasiarse ante un cuadro, un ballet o una pieza musical.
Me sucedió tras volver a disfrutar Ocho y medio (1963), ese clásico que habla de un director inmerso en una crisis de inspiración (Mastroianni como alter-ego de Fellini), sin duda una de las mejores películas sobre el cine, y un banquete para espectadores dispuestos a adentrarse en los laberínticos caminos del arte y sus vínculos con la vida del creador.
Muchos nombres pudieran citarse, pero Fellini, que no se cansaba de repetir que «el arte es una gran mentira», continúa como un monumento tentador a seguir siendo explorado, entre otras razones, porque con sus asociaciones humanas e imágenes simbólicas como retos a la interpretación, encontró el camino para llegar a la Filosofía mediante el arte.
El pasado año se cumplieron los cien años del nacimiento del maestro italiano y el recién concluido Festival de Venecia estrenó un cortometraje producido por la firma Campari, Fellini Forward, que trata de reconstruir –Inteligencia Artificial mediante– el genio creativo del realizador.
Se trata de un proyecto ambicioso, que reclama ser visto para poder opinar, pero emocionante para los amantes del cine de Fellini, pues gracias a la tecnología más avanzada, y al aprendizaje automático, se posibilita explorar los mundos de alguien que, no pocas veces, y de la manera más feliz «nos rompió la cabeza».
Para concebir el filme se conformó un equipo integrado por especialistas en Inteligencia Artificial y colaboradores del maestro (directores, fotógrafos, guionistas, ambientadores, personas muy próximas a él), que, con sus opiniones y experiencias, contribuyeron a que la base de datos fuera enriquecida por los factores emocionales y humanos.
Llegar hasta el tuétano al concepto de «lo fellinesco» ha sido un interés fundamental, y para ello, además de estudiarse fotograma por fotograma, ha sido decisiva la colaboración de la sobrina del cineasta, Francesca Fabbri Fellini, cuyas opiniones resultaron fundamentales en la elaboración del guion y en la selección de los actores.
Fellini Forward se ambienta en Roma, y entre sus objetivos se encuentra un posible desentrañamiento de los sueños en los filmes del director de La dulce vida y otros clásicos, reto difícil, si se tiene en cuenta que el maestro dio las gracias, no pocas veces, a especialistas y críticos de cine por haber visto en sus títulos propósitos expresivos ajenos a sus intenciones.
Según Marcus du Sautoy, un experto en Inteligencia Artificial y creatividad, que ha participado en el proyecto, lo que ahora acaban de hacer con este cortometraje es comparable a poner un telescopio gigante en manos de Galileo, para que vea más y mejor.
